FruitAttraction es una feria buena, bonita e indispensable. Buena porque cada vez cuenta con más expositores —este año un 25% más que el año pasado, con 670 stands—. Buena porque los pasillos están repletos de profesionales del mundo hortofrutícola hablando inglés, francés, portugués, holandés—lo que demuestra la internacionalidad del sector español, que es el primer exportador mundial de frutas y hortalizas—. Y buena porque en FruitAttraction se palpa el trabajo, las negociaciones, los tratos comerciales que reflejan la importancia económica que genera la hortofruticultura española.
FruitAttraction es una feria bonita, porque la fruta ofrece un gran juego estético y repleto de colorido: el naranja de los cítricos, el amarillo de los plátanos, el rojo o verde de las manzanas, el blanco de las cebollas… Bonita porque muchos stands están bien diseñados, con eslóganes creativos y una imagen atractiva y actual —incluso más que en el sector del vino, que es uno de los subsectores agroalimentarios más avanzados en marketing—.
En esta quinta edición, los reclamos han sido variados y han ido desde los más «tradicionales» —como los chicos o chicas disfrazados de manzanas, peras, tomates y otras frutas— hasta un simulador de fórmula 1 que atraía a gran parte de visitantes, principalmente del género masculino.
Todo esto hace que FruitAttraction sea un certamen indispensable. En sus cinco años de existencia, esta feria ha conseguido consolidarse como un auténtico referente en el mercado hortofrutícola español. El trabajo que hace unos seis años comenzó el director de FEPEX, José María Pozancos, junto a su equipo, recorriendo todas las autonomías españolas buscando el apoyo institucional, ha dado sus frutos (aunque por el camino se haya cobrado algunas víctimas como la feria Euroagro de Valencia, ExpoAgro de Almería o incluso FAME de Murcia, eventos que llevan unos años en horas bajas y que difícilmente se recuperarán).
Hay que reconocer que da gusto visitar y pasear por FruitAttraction porque se respira empuje, ánimo, vitalidad, sensaciones siempre muy necesarias y más en momentos de crisis. ¡Enhorabuena!